
UN BUEN
DÍA PARA
DORMIR
Hoy fue un día muy productivo: me desperté a las 7 a.m. solo para pedir comida, no porque tuviera hambre… sino porque puedo. Después de eso, subí al clóset, me estiré como una reina y dormí profundamente por tres horas. Soñé que cazaba una lagartija gigante, pero cuando desperté, solo era una calceta. Igual la mordí.
A media tarde me dieron cariño (porque lo pedí, obviamente), y luego volví a mis asuntos importantes: observar por la ventana y planear mi próximo ataque a los colets. La vida de una gata con un solo ojo y mucho carácter no es fácil, pero alguien tiene que vivirla con estilo.
Hasta el próximo ronroneo,
Konan 🐾
